domingo, diciembre 31, 2006

Septimo compromiso para el éxito

He dispersado mis esfuerzos en tantas direcciones.
He desperdiciado tantas estaciones corriendo de un arco iris al siguiente.
He pasado incontables años introduciendo cubos vacío en pozos vacíos.
Seguía albergando la esperanza de que el éxito, la felicidad y la riqueza algún día serían míos.
Esperé en vano. Sin el milagro de estos pergaminos, quizá habría seguido esperando eternamente. Qué triste. Al recorrer la calle de poco a poco, a la larga se llega a la casa de jamás.
Ahora todo esto ha quedado atrás.
Ahora comprendo por qué el éxito me ha esquivado. La persona que perpetuamente titubea pensando cuál de dos cosas hará, acaba por no hacer ninguna. Si yo vacilo de un plan a otro y constantemente me inclino en la dirección del viento, como lo hacen los lirios, dirigiéndome hacia todos los puntos que señala la brújula, jamás lograré nada grandioso o útil.
Quienes se concentran en una sola cosa a la vez son los únicos que progresan en el mundo. El hombre o la mujer superior es el que nunca se aparta de su especialidad, ni disipa tontamente su individualidad. Ahora ya conozco el mayor secreto que siempre estuvo delante de mis ojos y que yo era demasiado ciego para verlo.
Siempre pondré todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.
La inmensa diferencia entre quienes triunfan y quienes fracasan no consiste en la cantidad de trabajo que desempeña cada uno de ellos sino en la cantidad de trabajo inteligente. Muchos de los que fracasan de manera más ingeniosa hacen lo suficiente par alcanzar un gran éxito, pero trabajan al azar en cualquier cosa que se les asigna, construyendo con una mano para derribar con la otra. No aprovechan las circunstancias, convirtiéndolas en oportunidades. No poseen ninguna facultad para cambiar las honestas derrotas en reveladoras victorias.
Contando con la capacidad suficiente y disponiendo de amplio tiempo, que son los principales ingredientes del éxito, se encuentran siempre impulsando de un lado a otro una lanzadera vacía y jamás llegan a entretejer la verdadera trama de su vida.
Jamás volveré a poner únicamente las manos en mi trabajo, cuando debería dedicarle todo mi ser. Al fin he abierto los ojos. De ahora en adelante, haré todo lo que esté haciendo como si en todo el mundo hubiese otra cosa más importante.
La creación de miles de bosques están en una sola bellota.
La concentración y la perseverancia construyeron las grandes pirámides en las planicies de Egipto.
El maestro de un solo oficio puede sostener a una familia; el maestro de siete oficios no puede sostenerse a sí mismo.
El viento nunca sopla para el navegante que no sabe hacia qué puerto se dirige.
Ahora ya sé hacia dónde quiero ir y cómo llegar a mi puerto de destino.
Siempre pondré todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.
Lo que nuestro mundo nos pide no es hacer muchas cosas con indiferencia, son una sola en una forma suprema. Quien dispersa sus esfuerzos, no puede esperar el éxito.
Si cortásemos en dos a una salamandra, la mitad del frente correría hacia adelante y la otra hacia atrás. Así es el progreso de quienes dividen sus propósitos. El éxito siempre se muestra celoso de las energías dispersas.
Estoy preparado para grandes cambios en mi vida. El mundo sabrá que he cambiado mi curso. Qué poder tan inmenso sobre la vida es el poder de tener metas directas. Mi voz, mis vestidos, mi apariencia, mis movimientos y gestos mismos cambiarán a medida que empiece a vivir mis días con un propósito.
¿Cómo es posible que yo, igual que muchos otros, haya podido permanecer ciego a esta verdad?La persona que sabe hacer una cosa y la hace mejor que cualquier otro aun cuando sólo se trate del arte de cultivar lentejas, recibe la corona que se merece. Si cosecha las mejores lentejas por haber dedicado toda su energíaa ese fin, es un benefactor de la humanidad y se le recompensa como tal.
Siempre pondré todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.
Decidiré cuales serán mis metas y siempre las tendré presentes en mis pensamientos.
Sólo encontramos aquello que buscamos con todo nuestro corazón. Si no busco nada en particular en la vida, sólo encontraré eso. La abeja no es el único insecto que visita a la rosa, pero sí es el único que se lleva la miel. No importa lo espléndidos que sean los materiales que hayamos entresacados de nuestros años de estudio y de los afanes de nuestra juventud.
Si salimos a la vida sin ninguna idea bien definida de nuestro futuro trabajo, podemos estar seguros de que no habrá ninguna circunstancia afortunada y accidental que convierta lo que hacemos en una imponente estructura de magníficas proporciones.
A menudo se nos indica que debemos apuntar muy alto en la vida, pero más bien, deberíamos apuntar hacia un blanco en el cual podamos acertar. No basta con tener un propósito general. La flecha que se dispara con el arco no va por allí viendo a que puede pegar en su trayectoria, sino que vuela directa hacia la marca.
La explosión ampliamente dispersada del trueno no produce los mismos resultados que un sólo rayo concentrado.
Ahora sé que si aspiro a una meta meritoria, con firmeza y persistencia, dedicando a ello todos los poderes de mi mente no puedo fracasar. Si concentro los rayos del sol con ayuda de un espejo, incluso durante los días más fríos del invierno, podré encender fácilmente una hoguera.
Siempre pondré todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.
La más débil de las criaturas vivientes, al concentrar sus poderes en un solo objeto, puede obtener buenos resultados, mientras que la más fuerte, al dispersar sus esfuerzos en muchas tareas, no podrá lograr nada. Las gotas de agua, al caer continuamente, perforan incluso las rocas más duras, pero el precipitado torrente corre apresurado sobre ellas con un espantoso bramido, sin dejar atrás ninguna huella.
Yo dejaré mis huellas.
El mundo sabrá que he estado aquí
Siempre pondré todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.
Og Mandino

lunes, diciembre 25, 2006

Aprendiendo

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno
aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son
promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con
la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a
construir todos sus caminos en el hoy, porque
el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es
demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno
planta su propio jardín y decora su propia alma, en
lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno
realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende.
Y aprende...y con cada día aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque
te ofrece un buen futuro significa tarde o temprano
querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de
amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte,
puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado
de esa persona sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos
son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o
temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en
un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste,
durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar lo hace, pero
perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que aunque seas feliz
con tus amigos, algún día llorarás por aquellos
que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia
vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o
desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá
las mismas humillaciones o desprecios multiplicados
al cuadrado.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos
en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado
incierto para hacer planes.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o
forzarlas a que pasen ocasionará que al final
no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo
mejor no era el futuro, sino el momento que estabas
viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz
con los que están a tu lado, añorarás
terriblemente a los que ayer estaban contigo
y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o
pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas,
decir que necesitas, decir que quieres ser amigo,
ante una tumba,
ya no tiene sentido.
Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...
Jorge Luis Borges

jueves, diciembre 07, 2006

Metáfora de la vela y la niña

Había una vez una vela encendida que reflejaba su tranquila luminosidad en un espejo redondo, donde su luz fulgurante se multiplicaba en el azogue del cristal, disolviendo el misterio que envolvía a la niebla de la aurora.
A su lado, una niña observaba con ojos molestos, un capullo de destellos que ataba con hilos de seda, los sonidos del olvido al presente.
Entonces, un soplo de aire fresco con sigilo consumió la vela, y allí estalló el silencio, por lo que, los ojos de la chiquilla, ahora libres del encanto que los enlazaban a sus dorados destellos, se elevaron de la apagada vela, al cielo azul inmenso
María Clara Rossi
Parábola realizada en el transcurso de un curso de "Sombra"