miércoles, noviembre 29, 2006

La sonrisa también importa

Diccionario especial

A
Abogado: Político en su etapa larval. Persona que escribe un documento de 10,000 palabras y lo llama "sumario". Mercenario. Señor que lucha contra otros por dinero. Caballero que salva tus bienes de tus enemigos y se los queda para él.
Abrigo: Prenda de vestir que las madres ponen a sus hijos, cuando ellas tienen frío.
Abrv: Abreviatura de abreviatura
Aburrido: El que habla cuando deseas que te escuche.
Aburrimiento: Enfermedad de las personas felices. (A. Dufresnes)
Acera de enfrente: Es imposible saberlo. Aquí me dicen que es aquella y allí me dicen que es ésta.
Aclamar: Aplaudir con la garganta
Advertencia: Amenazar por las buenas
Amigo: Alguien que te quiere incluso después de conocerte. Alguien a quien conocemos lo suficientemente bien como para pedirle dinero, pero no tanto como para dárselo.
Amor: Sentimiento que nos inspira los más grandes proyectos y nos impide realizarlos.
Apetito: El hambre de los ricos
Arte abstracto: Donde la firma se cotiza más que la propia obra.
Ayer: Fecha de entrega del trabajo
Azulejos: Baldosas que, paradójicamente, ni tienen que ser azules ni tienen por qué estar lejos.

B
Banquero: Alguien que te deja su paraguas cuando hace buen tiempo, pero en cuanto empieza a llover te exige que se lo devuelvas.
Bígamo: Hombre al que le gusta sufrir el doble.
Boda: Ceremonia en que un hombre y una mujer se comprometen a que a ella nunca le falte nada.
Bombón: Alimento que está 10 segundos en la boca, media hora en el estómago y toda la vida en la cadera.
Burócrata: Hombre capaz de hallar mil problemas a una solución. Único mortal que goza en vida del descanso eterno.

C
Calamidad: Desgracia que afecta a muchas personas. A veces, por extensión, se denomina Gobierno.
Calvo: Discapacitado capilar.
Camello: Caballo diseñado por una comisión de expertos.
Capitalismo: Una práctica que nunca se llevará a la teoría.
Cenicero: Orificio a cuyo alrededor se distribuyen las cenizas.
Comisión: Grupo de incompetentes, nombrado por perezosos para hacer lo innecesario.
Comunismo: Teoría que nunca se llevará a la práctica. (Véase capitalismo)
Conclusión: Es lo que se consigue cuando uno se cansa de pensar.
Consultor: Alguien que te quita el reloj de la muñeca, te dice la hora que es y te cobra por ello.
Crítico: Una persona que finge ser tan difícil de satisfacer que nadie lo intenta. Persona que opina sobre lo que él nunca ha hecho.

D
Decreto: Capricho de político
Dentista: Hombre que come con los dientes de los demás.
Dermatólogo: Único médico que puede dar diagnósticos superficiales.
Diagnóstico: Pronóstico que realiza un médico sobre una enfermedad, teniendo en cuenta los síntomas y la billetera del paciente.
Diamante: Uno de los trocitos de vanidad más caros del mundo.
Diplomático: El que te manda a la porra de tal modo que te quedas ansioso de que empiece el viaje.
Duelo: Ceremonia de reconciliació n entre dos enemigos

E
Economista: Persona que sabrá mañana por qué lo que predijo ayer no sucedió hoy.
Egoísta: Una persona con mal gusto, que está más interesada en él mismo que en mi.
Egolatría: Empacho del yo.
Elecciones: Es cuando decides quien te va a robar durante los próximos años.
Embarnecer: Ponerse como Barney.
Envidia: Torpe homenaje que los mediocres tributan al mérito.
Escritor: Señor que escribe muchas palabras para conseguir pagar las letras.
Espejo: Objeto que pierde su atractivo a medida que envejecemos.
Estadístico: Persona que si tiene su cabeza en el horno y sus pies en elhielo, puede asegurar que en promedio se encuentra bien. Persona que lleva una bomba de mentira cuando viaja en avión, porque eso disminuye las posibilidades de que haya otra en el mismo avión.
Eternidad: Esperar la luz verde cuando hay un espacio para estacionarse del otro lado de la calle. Conservar la sonrisa hasta que te tomen la foto.
Experiencia: Lo que te permite cometer errores nuevos en vez de repetir los viejos.

F´
Fidelidad: Cualidad de poder ser traicionado.
Futbol: Es con lo que toda mujer se casa, sin saberlo.
Futuro: Período de tiempo en el que nuestros negocios prosperan, nuestros amigos son verdaderos y nuestra felicidad es segura.

G
Genio: Alguien que puede hacer cualquier cosa excepto ganarse la vida.
Gobierno: El que tiene la culpa de todo. Equipo de expertos en manipular estadísticas. Únicos trabajadores con derecho a decidir su propio sueldo.
Guantera del coche: Lugar donde se puede encontrar cualquier cosa menos guantes.
Guantes: Prendas que se compran de dos en dos y se pierden de uno en uno.
Guerra: Continuación de la política, por otros medios.
Gusano: Producto terminado del que somos la materia prima.

H
Hardware: Parte de la computadora que recibe los golpes cuando el sofware no funciona.
Héroe: Individuo que, a diferencia del resto, no pudo salir corriendo.
Honesto: Inadaptado social

I
Idiotas: Tribu grande y poderosa que ha influenciado la mayoría de los grandes acontecimientos de la humanidad.
Ignorante: Persona que no sabe algo y alguien se dio cuenta que no lo sabe.
Igualdad: Anhelo de parecernos a los que consideramos que están más arriba que nosotros, para poder distanciarnos de los que creemos que están más abajo.
Imparcial: Persona que suele ser sobornada por las dos partes.
Imposible: Adjetivo de los imbéciles. (Napoleón Bonaparte)
Impuesto: Precio que todos pagamos para poder criticar al gobierno
Inflación: Es tener que vivir pagando los precios del año próximo con el sueldo del año pasado. Intelectual: Alguien que ha sido educado más allá de su inteligencia (ArthurC. Clarke)Inteligencia: Cualidad intelectual que atribuimos a quienes están de acuerdo con nosotros.

J
Jefe: Término con el cual un hombre aparenta trabajar presentando el trabajo de otros.
Jersey: Prenda de vestir que se tienen que poner los niños cuando tienen frío las mamás.
Justicia: Una decisión a su favor.
Juventud: Única enfermedad que se cura con el tiempo.

L
Lágrimas: Expresión de los ojos cuando la boca se queda muda.
Líder obrero: Hombre que haría cualquier cosa por los trabajadores. Excepto convertirse en uno de ellos.
Llavero: Instrumento que permite perder varias llaves a la vez.
Lógica: Es la forma correcta de llegar a la respuesta equivocada pero sintiéndote contento contigo mismo.

M
Manicomio: Único sitio donde el cliente no tiene la razón.
Mausoleo: El último y más gracioso de los caprichos de un rico.
Medicamento experimental: Substancia que cuando se inyecta a una rata, produce un artículo en una revista médica.
Medicina: Entretener al paciente mientras la naturaleza le va curando.
Médico bueno: Médico que te trata del corazón y te mueres del corazón.
Médico malo: Médico que te trata del corazón y te mueres del hígado.
Menú: Lista de platos que se acaban de terminar en un restaurante.
Mnemotécnica: Suerte de reglas que sirven para... para... ¡ah!, se me olvidó.
Moda: La medida de tiempo más corta que existe.
Modestia: Reconocer que uno es perfecto, pero sin decírselo a nadie. El arte de realzar tu encanto pretendiendo no ser consciente de el. Esperar a que los demás descubran por si mismos tu grandeza.
Molesto: Persona que habla cuando uno desearía que escuchase.

O
Ópera: Lugar donde va la gente elegante a dormir.
Opositor: Persona detestable que está en desacuerdo con mis maravillosas ideas.
Optimista: Individuo que no tiene mucha experiencia. Dícese de la persona que no se ha dado cuenta de la magnitud del problema.
Organización: Nada funciona, pero todo el mundo sabe por qué.
Originalidad: No consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas de forma que parezca que nunca se habían dicho.
Ortografía: Una de tantas formas para mortificar la existencia.

P
Paciencia: Única virtud del hombre que le puede ser arrebatada por los demás.
Pagar: Verbo que sistemáticamente se conjuga con el futuro imperfecto.
Panadero: Profesión por la que se hacen migas con facilidad aunque el horno no esté para bollos. Es muy corriente pillarle con las manos en la masa. Es una profesión muy irregular, te da una de cal y otra de harina.
Pañuelo: Trozo de tela que se usa en los funerales para disimular la falta de lágrimas.
Paranoico: Sí, sabemos quien eres, donde estás y que haces... ten cuidado.
Pariente: Amigo forzoso.
Patria: Es de la que hablamos siempre mal cuando estamos en ella y a la que añoramos cuando estamos fuera.
Paz: Período de trampas entre dos guerras.
Pedante: Estúpido adulterado por el estudio (Miguel de Unamuno)
Pelo: Lo que sirve para quedarse calvo.
Pesimista: Optimista con experiencia. El que dice que la botella está medio vacía cuando está medio llena. Optimista mejor informado.
Playback: El grupo musical hace que canta, y el público hace que no se da cuenta.
Política: Arte de evitar que la gente se preocupe de lo que importa.
Político: Hombre que cree representar la opinión del pueblo, sin habérsela preguntado jamás. (Noel Clarassó)
Práctica: Todo funciona, pero nadie sabe como. (Véase teoría)
Presagio: Signo de que algo ocurrirá si nada ocurre.
Presentimiento: Timbre de alarma de los sentidos.
Primera cita: Cita en la que dos personas fingen ser los más simpáticos, amables, tolerantes y especiales del mundo.
Programador: Persona que te resuelve un problema que no sabías que tenías de una manera que no comprendes.
Puntualidad: Arte de llegar menos tarde que los demás.

R
Rebelde: Dícese de quien todavía no ha conseguido salirse con la suya. El que lucha por una nueva forma de sumisión.
Red: Objeto que cuanto más roto está menos agujeros tiene.
Residente: Que no puede irse.

S
Sabiduría: Saber que se sabe lo que se sabe, y saber que no se sabe lo que no se sabe.
Sala de espera: Sala donde la gente se desespera.
Salud: Morirse a la menor velocidad posible.
Sueldo: Medida natural de respetabilidad. Sinónimo de efímero.
Suicida: Asesino introvertido.

T
Tarde: Parte del día en la que analizamos de qué manera desperdiciamos la mañana.
Televisión: Anestésico cerebral
Teoría: Lo sabes todo, pero nada funciona.
Terco: Persona que profesa más apego a sus propios errores que a los ajenos.
Trabajo en equipo: Posibilidad de echarle la culpa a otros.

V
Vaca: Máquina que convierte el pasto en comestible para las personas.
Vida: Actualmente la única enfermedad incurable.
Virus informático: Creencia de usuarios inexpertos de que una fuerza maligna exterior es la causante de sus errores en la computadora

Z
Zoológico: Lugar donde un elefante tiene la posibilidad de ver una gran variedad de especímenes humanos

Mi reflexión para el día de hoy

"Vivir es nacer a cada instante."
Erich Fromm

Hoy estoy muy triste.
Por eso me abrazo con todas mis fuerzas a esta reflexión de Erich Fromm

sábado, noviembre 25, 2006

Sexto compromiso del éxito

Me he engañado a mi mismo durante demasiado tiempo.
He alabado con insinceridad a todos aquellos que me han empleado y he escatimado cada hora de las que yo consideraba que era un trabajo pesado y tedioso. Para mí, el trabajo era el lamentable precio que tenía que pagar para existir, porque en el momento de mi nacimiento los dioses no tuvieron a bien depositar oro en mis manos y una corona sobre mi cabeza.
Qué necio he sido.
Ahora sé que el fruto derivado del trabajo es el más dulce de todos los placeres y que aun cuando el genio quizás inicie grandes obras, sólo el trabajo las terminará.
Al fin he abierto los ojos gracias a estos pergaminos.
Que sencillo sería mi trabajo si yo dedicara tanto esfuerzo a mejorar su calidad como el que he dedicado a encontrar excusas para no hacerlo en la forma adecuada.
Hay un grandioso secreto del éxito que empequeñece a todas las demás reglas. Con toda certeza será incluido en todas y cada una de las listas de afirmaciones sobre la creación de una vida mejor durante los siglos y los milenios por venir, y no obstante, la mayoría de la humanidad la rechazará, una y otra vez, como algo demasiado difícil. La riqueza, la posición, la fama, e incluso la esquiva felicidad serán mías a la larga, si cada día me decido a prestar más y mejores servicios de los que me pagan. Hay otra forma más poderosa de recordar esta ley tan difícil de la vida ... cuando nos piden que avancemos un kilómetro, debemos estar dispuestos a avanzar dos. Dentro de muchos siglos, lo mismo que ahora, sólo unos cuantos tendrán la determinación necesaria para seguir este gran secreto de triunfadores y ellos serán los que reciban los honores.
¡Yo empiezo el día de hoy!
Nunca jamás volveré a desempeñar ninguna tarea si no es en la mejor forma en que pueda hacerlo.
Ahora sé que a fin de crecer y florecer, debo atender estrictamente mis asuntos y adelantarme un poco al tiempo. Aquellos que llegan a la cima son los que no se contentan con hacer sólo lo que se les exige. Hacen algo más. Avanzan otro kilómetro, y otro más.
Jamás cruza por su mente la medida de su recompensa. Sabe que a la larga la recibirá.
Sólo hay un método seguro para alcanzar las propias metas y es mediante el trabajo arduo, tanto mental como físico.
Si no estoy dispuesto a pagar ese precio para sobresalir, deberé estar preparado para resignarme a un futuro de lágrimas y de pobreza, golpeándome el pecho y compadeciéndome por lo vano de una vida desprovista de sonrisas y de recompensas. Ya no siento lástima de mi mismo. Me he apartado de ese camino que no conduce a ninguna parte.
Nunca jamás volveré a desempeñar ninguna tarea si no es en la mejor forma en que pueda hacerlo.
No estoy encadenado a mi trabajo; no soy un esclavo. Incluso si detesto las tareas que debo desempeñar, comprendo que el trabajo fatigoso es tan necesario para que salgan a relucir los tesoros de mi mente, a fin de mejorar mi suerte, como también son necesarios el trabajo de la tierra y la siembra para producir resultados para todos aquellos que cultivan la tierra. Yo puedo desarrollarme más allá de cualquier tarea que me asignen ahora, siempre y cuando nunca me olvide de que soy hijo de Dios y nací para triunfar.
Nunca jamás volveré a desempeñar ninguna tarea si no es en la mejor forma en que pueda hacerlo.
Mi parte del trabajo de este día quizá sea limitada, pero el hecho no se mueve sólo gracias a los poderosos músculos de nuestros héroes, sino también gracias al conjunto de los pequeños impulsos de cada trabajador honesto. El secreto del verdadero amor al trabajo es la esperanza de triunfar en ese trabajo, no por la recompensa en dinero, no por el tiempo dedicado a ello o por la habilidad ejercida, sino por el orgullo y la satisfacción en el desempeño del trabajo mismo.
Una recompensa suficiente por algo bien hecho es haberlo hecho.
Nunca jamás volveré a desempeñar ninguna tarea si no es en la mejor forma en que pueda hacerlo.
De ahora en adelante, cuando haya terminado mi día de trabajo, sorprenderé al mundo.
Permaneceré allí un poco más y dejaré que ese esfuerzo adicional sea una inversión para mi futuro. Con una actitud así, tan rara en este egoísta mundo en que vivimos, no puedo fracasar.
Y no obstante, si trabajo de esa manera, si persisto en recorrer ese kilómetro adicional, debo prepararme para las burlas de quienes nunca contribuyen con un día de trabajo justo. Con objeto de lograr alguna cosa grandiosa en esta breve vida, me doy cuenta de que debo dedicarme al trabajo con tal concentración de mi mente, de mis músculos y de mi tiempo que, para todos aquellos que viven la escualidez del ocio, pueda parecerles que he perdido la razón. Que así sea.
Nunca jamás volveré a desempeñar ninguna tarea si no es en la mejor forma en que pueda hacerlo.
Si me dan amor y trabajo, sólo esas dos cosas, podré vivir una vida contenta.
Yo no podría, por mucho tiempo, ser feliz sin alimento, bebida, comida, ropa o abrigo, pero puedo tener todas esas cosas hasta la perfección y aun así ser infeliz.
¿Qué es lo mejor para un río? Seguir corriendo; si se detiene, se estanca. Lo mejor para mí es aquello que mantiene mi flujo en movimiento. Muy pocas personas se dan cuenta de lo mucho que su felicidad depende de su trabajo, del hecho de que se mantienen ocupadas y no disponen de tiempo para condolerse de sí mismas. Yo no soy nada sin mi trabajo.
El secreto primordial de la felicidad es tener algo que hacer.
Nunca jamás volveré a desempeñar ninguna tarea si no es en la mejor forma en que pueda hacerlo.
Jamás volveré a dejar de recorrer ese kilómetro adicional, o de rendir menos de lo que merece mi paga.
De ahora en adelante, desempeñaré mi trabajo con toda la intensidad que pueda dedicarle ... no sólo mi trabajo y nada más, sino un poco más, ese poco más que con el tiempo valdrá todo el resto. Y si sufro, como a menudo me sucederá, y si dudo del valor de mis esfuerzos, como en ocasiones lo haré, aun así seguiré desempeñando mi trabajo. Pondré en ello todo mi corazón y el cielo se despejará, y desde el fondo mismo de la duda y el sufrimiento, nacerá la suprema alegría de la vida.
Espero obedecer siempre esta promesa especial de éxito:
Nunca jamás volveré a desempeñar ninguna tarea si no es en la mejor forma en que pueda hacerlo.
Og Mandino

domingo, noviembre 19, 2006

La conversación más difícil

¿Se anima a preguntarse si usted se muestra con l@s demás realmente como es? No le digo si engaña a l@s demás. Le pregunto si usted muestra todo lo que usted es, o dice “no hay que abrirse a los demás para que no vean todo lo tuyo”.
Le pregunto: ¿No le gustaría mostrarse diferente? ¿Qué hay que usted no dice?¿Qué le gustaría decir pero no lo hace?
Hoy me gustaría hablar de AUTENTICIDAD, de coherencia entre lo que pensamos y lo que decimos, entre la tensión que se genera en nuestro cuerpo cuando tenemos que esconder o reprimir algo.
Y algo que va muy ligado a esto. ¿Cómo decimos eso que tenemos ganas de decir, sin generar conflictos? ¿Cómo tener esa conversación con esa persona o con esas personas con las que no nos animamos a ser absolutamente auténtic@s, o espontáne@s?
¿Qué no nos decimos a nosotr@s mism@s?
Le pregunto: ¿No le lleva demasiada energía este no hablar o este no poder decir? L@ invito a preguntarse ¿Cómo me sentiría, si lo digo?
¿Le pasa esto a usted? ¿Siente que a otra persona le pasa con usted esto? Esto es, que a otra persona le cuesta decirle algo a usted, o le cuesta ser auténtic@ con usted.
Esto tiene relación no solo con la comunicación, sino con algo que va más allá, que es la diferencia entre quiénes somos y quienes decimos ser.
Le propongo que este espacio le sirva para preguntarse ¿Quién soy? ¿Quién digo que soy? ¿Cómo me siento con eso?
Si no puede responderse, no se preocupe. Usted puede definir quién es, a partir de este momento. Siéntese a solas con su alma y ella le dará la respuesta. Pero tómese el tiempo de encontrarla.
Muchas veces se genera tensión en nuestras vidas, o nos sentimos que andamos a la deriva –hablando vulgarmente “como pelota sin manija”. Que el tiempo pasa y no lo “controlamos”, que no alcanza la semana para hacer todo, que no tenemos tiempo de nada, que los demás están todos locos … ¿y nosotros? ¿y usted? ¿Qué pasa con usted?
Creo que la primera pérdida de esta “autenticidad” de la que le hablaba, es principalmente, este no poder “ser auténtico con nuestro ser” (valga la aparente redundancia). Y esto pasa cuando no nos preguntamos si quiera por eso.
¿Qué nos motiva, qué queremos, qué soñamos, qué nos apasiona de estar con quienes estamos, qué nos llena el corazón de alegría cuando compartimos con amig@s, qué le da sentido a las relaciones que tenemos con l@s demás? ¿Qué le da sentido a mi vida?
En este punto, nuestra autenticidad se nos oculta en una conversación que nos falta tener con nosotr@s mism@s. Por no parar el juego, por no encontrarnos con nosotr@s. Se me presenta una figura, que sería como nuestra alma y nuestro ser, escondidos dentro de nuestro cuerpo, mirando como por una hendijita pequeña, por dónde poder mostrarse. No encontrando ese lugar por donde manifestarse. Y si lo hace, nuestro cerebro, lo reprime y le dice “no pará, callate que no tenemos tiempo para eso”.
La segunda pérdida de nuestra autenticidad, me parece que se da cuando atrapad@s en este juego del tiempo y del “acelere” de la vida cotidiana, empezamos a amoldarnos a las cosas, a las circunstancias, a las personas, a las relaciones tal como están. Entonces hay una vocecita dentro nuestro que nos dice “ NO, esto no es lo que vos querés” y sin embargo, decimos “Si”. O nos amoldamos a los pedidos, a los deseos, a los gustos de las otras personas, que no son los nuestros. Miedo a quedar sol@s, a no decepcionar a los demás, a que no nos quieran, ¿a qué más le parece?
Esta pérdida de autenticidad, esta falta de coherencia entre nuestras conversaciones internas y lo que manifestamos, nos quita energía, fuerza, nuestro estado de ánimo se deteriora cada vez más, se nos va la alegría.
Si logramos comunicarnos auténticamente, si nuestro ser aparece, honestamente, íntegro, entero, las conversaciones con los demás se dan sin conflicto. Le puedo garantizar que va a encontrar la manera de tener las conversaciones con los demás sin fricciones, la otra persona va a comprender. Si usted deja que la otra persona se exprese con su ser, y se comunican desde ese lugar, no habrá conflictos insuperables. Y lograrán amb@s crecer.
NO deje que su ser se calle, déjelo hablar. Aunque esa sea la comunicación más difícil para usted. Trate de conversar con su alma. Trate de encontrar esa autenticidad, para su vida, para sus relaciones. Y recuperará la alegría, porque sin duda, cuando su ser se manifiesta, se manifiesta la maravilla de estar viv@.
Dra. Laura Barrera ( laurabarrera@arnet.com.ar )
Boletín "Comunicándonos".

domingo, noviembre 12, 2006

Quinto compromiso de Exito

El sol siempre brilla.
Las uvas no siempre están maduras.
Los sepultureros no siempre están ociosos y no siempre reina la paz.
Ahora, lamentablemente, reconozco otra verdad. A pesar de que ya he saboreado el embriagador vino del éxito, gracias a estos pergaminos, sé que no puedo esperar durante el resto de mis días caminar sobre la cima de las montañas. No importa lo mucho que lo intente, lo mucho que persista y sobresalga en el trabajo que he elegido, aun así habrá días y semanas y meses en que todo lo que intente dé por resultado frustraciones y fracasos. Todos nosotros, incluso los más poderosos y heroicos, pasamos muchos de nuestros días viviendo con el temor al fracaso.
¿Poseemos sacos de oro y piedras preciosas? No son suficientes; otros tienen más.
¿Nos sentimos protegidos y a salvo?
¿A salvo de qué?
¿De enfermedades? ¿Del desempleo? ¿De robos? ¿Tenemos muchos amigos y una familia que nos amen? ¿Podremos confiar siempre en la amistad? ¿Perdurará el amor de los demás sobre nosotros?
El temor a la adversidad, que conduce al fracaso, proyecta una terrible sombra sobre todos los días de nuestra vida. Su forma y sus colores son muy variados, imaginarios y reales, confundidos y claros, temporales y permanentes. La adversidad aterroriza al trabajador que lucha por conservar su trabajo, al padre que reza por poder alimentar a su familia, al comerciante que espera vender su mercancía, al soldado que guía a otros en la batalla.
Tortura a todos por igual, a príncipes y mendigos, a sabios y necios, a santos y criminales.
Antes no sabía cómo enfrentarme a la realidad, y las heridas que recibía de mis derrotas eran lo bastante severas para nublar mis esperanzas y destruir mi ambición.
¡Pero ahora ya no será así! Esta es una nueva vida y ahora ya conozco el secreto de sacar el mejor partido de mis derrotas siempre que caigan sobre mi.
Siempre buscaré la semilla del triunfo en todas las adversidades.
No hay mejor escuela que la adversidad. Toda derrota, toda angustia, toda pérdida, contiene su propia semilla, su propia lección sobre las forma de mejorar mi desempeño la próxima vez. Jamás volveré a contribuir a mi propia caída, rehusándome a enfrentarme a la verdad y a aprender de mis pasados errores.
La experiencia es el más valioso extracto del sufrimiento y, no obstante, una de las condiciones más terribles de esta vida es que no es posible transferir su sabiduría a los demás. Todos deben asistir a su propia escuela, y las lecciones siempre son diferentes para cada persona. No hay otra forma. Sin embargo, la adversidad siempre es el primer sendero que conduce hacia la verdad, y yo estoy preparado para aprender cualquier cosa que necesite saber con objeto de mejorar la condición de mi vida.
Siempre buscaré la semilla del triunfo en todas las adversidades.
Ahora estoy mejor preparado par enfrentarme a cualquier adversidad. Por vez primera me doy cuenta de lo veloz que pasan y dejan de ser todos los hechos y acontecimientos, buenos y malos, grandes y pequeños. Todas las cosas de a vida no sólo se encuentran en un constante estado de cambio, sino que, además, son la causa de un cambio constante e infinito unas en otras.
Cada día me encuentro parado en un angosto reborde. Detrás de mí se encuentra el insondable abismo del pasado. Frente a mí está el futuro, que devorará todo lo que me acontezca el día de hoy. No importa lo que el destino me depare, sé que lo saborearé o lo sufriré sólo durante un tiempo muy breve. Son tan pocos los que comprenden esta verdad tan obvia, mientras que el resto permite que sus esperanzas y sus metas se desvanezcan tan pronto como los hiere la tragedia. Esas desafortunadas personas llevan consigo, hasta que mueren, su propio lecho de espinas y todos los días miran hacia los demás en busca de simpatía y atención. La adversidad jamás destruirá a la personaque tiene valor y fe. A todos nos someten a una prueba en el horno del desastre y no todos salimos de él.
Yo sí lograré salir.
El oro puede permanecer un mes sobre ardientes carbones sin perder un solo gramo, y yo soy más valioso que cualquier oro.
Siempre buscaré las semillas del triunfo en todas las adversidades.
Ahora puedo ver que la adversidad tiene muchos beneficios, muy poco reconocidos. Es la única balanza en la cual puedo pesar a todos aquellos que profesan ser mis amigos, y enterarme de la verdad. También es el estado en el cual puedo familiarizarme con mayor facilidad con mi yo interno y posee la maravillosa capacidad de sacar a relucir los talentos que hay en mi, los cuales en circunstancias prósperas es probable que hubiesen permanecido inactivos.
La adversidad nos acompaña desde que nacemos hasta nuestra sepultura. La gema no puede pulirse sin tallarla y yo no puedo perfeccionarme sin pruebas. Reconozco que me ha hecho bien sentirme tostado por el calor y empapado por la lluvia de la vida y, no obstante, debo confesar que todas las adversidades que he sufrido han ido seguidas de mis gritos de cólera y resentimiento contra el cielo. ¿Por qué Dios tenía que hacerme algo tan terrible? ¿Por qué Dios me privó de una cosa y otra, cuando era tan importante par mí?
Ahora sé que hay otras épocas en la vida en que las oportunidades de ser y de hacer, se reúnan con tanta abundancia alrededor de mi espíritu como cuando tiene que sufrir una cruel adversidad. Entonces, todo depende de si levanto la cabeza o la bajo pidiendo ayuda. Si recurro a simples recuerdos y trucos, la oportunidad se habrá perdido para siempre y yo no resultaré más rico ni más grande, más bien quizá más duro, más pobre y más pequeño por mi dolor. Pero si me vuelvo hacia Dios, y lo haré de aquí en adelante, cualquier momento de adversidad puede transformarse en un triunfante punto crucial de mi vida.
Siempre buscaré la semilla del triunfo en todas las adversidades.
En el futuro, cuando me derribe cualquier terrible derrota, siempre me preguntaré a mi mismo, una vez que haya pasado el primer dolor, cómo puedo convertir esa adversidad en algo bueno. ¡Qué gran oportunidad podría ofrecerme ese momento .... tomar la raíz amarga que estoy sosteniendo y transformarla en un fragante jardín de flores!
Siempre buscaré la semilla del triunfo en todas las adversidades.

Og Mandino

sábado, noviembre 11, 2006

Reflexiones 1/3

"“No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.”
Juan Luis Vives

"Los medios violentos nos darán una libertad violenta."
Mahatma Gandhi

"La victoria tiene un centenar de padres, pero la derrota es huérfana."
John Fitzgerald Kennedy

"La verdad es totalmente interior.No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores."
Mahatma Gandhi

"La persona que no está en paz consigo misma,será una persona en guerra con el mundo entero."
Mahatma Gandhi

"Equilibra tus necesidades con tu riqueza y no seráspobre ni rico, sino simplemente afortunado."
Chilón de Lacedemonia

"El secreto de caminar sobre las aguas, es saber donde están las piedras ..."
A. L. Palacios (1878-1965),político e intelectual argentino

"Hace falta mucho, mucho tiempo para ser joven."
Pablo Picasso

"Cuando más se aproxima la aurora, más oscura es la noche."
Ma. Augusta Trapp

"El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas." William Arthur Ward

"La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas ¨.
Aristóteles

"Las inteligencias grandes discuten las ideas; las inteligencias medias, los sucesos; y las pequeñas, las personas."
Anónimo

"El verdadero sabio sólo es riguroso consigo mismo; con los demás es amable."
Plutarco

"Quien quiere hacer algo, encuentra un medio. Quine no quiere hacer nada, encuentra una escusa"
Proverbio árabe

"Un barco atracado en un puerto está seguro, pero no es la finalidad para la que fue construído"
William Shedd

"Es más fácil juzgar el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas."
Duque de Levis

"La libertad consiste en reconocer los límites."
Jiddu Krishnamurti

"Tacto es la habilidad de tratar que el otro vea la luz, sin hacerle sentir el rayo."
Kissinger

"Lleva tiempo llegar a ser joven."
Pablo Picasso

"Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla de inmediato."
Pablo Picasso

"No vemos las cosas tal como son, sino tal como somos"
El Talmud

"La vida es como un viaje por mar: hay días en calma y días de borrasca. Lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco."
Jacinto Benavente

"No hay nada que los hombres más deseen conservar y menos cuiden que su propia vida."
Jean de La Bruyère

"La vida es demasiado corta para que la hagamos mezquina."
Benjamin Disraeli

"Todo aquel que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo."
Friedrich Nietzsche

"Vivir es nacer a cada instante."
Erich Fromm

"La vida no es significado; la vida es deseo."
Charlie Chaplin

"Tenemos dos fuerzas que nos ayudan a vivir: el olvido y la esperanza."
Vicente Blasco Ibáñez

"La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito."
Emerson

"El triunfo no está en vencer siempre, sino en nunca desanimarse."
Napoleón

"El arte de vencer se aprende en las derrotas."
Simón Bolívar

"También los senderos de gloria conducen a la tumba."
Thomas Gray

"Para triunfar en la lucha por la vida, el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra."
Máximo Gorki

"Hay dos maneras de conseguir la felicidad: una, hacerse el idiota; otra serlo."
Enrique Jardiel Poncela

"Para ser dichosa basta con tener buena salud y mala memoria."
Ingrid Bergman

"La felicidad consiste en ser libre, es decir, en no desear nada."
Epicteto

"Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza."
Epícteto

"La esperanza es el sueño de un hombre despierto."
Aristóteles

"Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías esperando la gran felicidad."
P. S. Buck

"Una persona no es vieja hasta que los remordimientos ocupan el lugar de sus sueños."
John Barrymore

"Utiliza un lenguaje ordinario y di cosas extraordinarias."
Artur Shopenhauer

"No porque hayas hecho enmudecer a una persona, la has convencido."
J. Morley

"Nunca debemos hablar bien ni mal de nosotros mismos. Si hablamos bien no nos creerán, y si hablamos mal nos creerán fácilmente."
Confucio

"Entre menos piensa el hombre, más habla."
Montesquieu

"El silencio es el único amigo que no traiciona."
Confucio

"Es contrario a las buenas costumbres hacer callar a un necio, pero es una crueldad dejarlo seguir hablando."
Benjamín FRANKLIN

"El silencio es una de las artes más grandes de la conversación."
Hazlitt

"Mejor habla, señor, quien mejor calla."
Calderón de la Barca

"Un acto de justicia permite cerrar un capítulo; en cambio un acto de venganza, escribe un capítulo nuevo."
Marilyn Vos Savant

"La oración debería ser la llave del día y el cerrojo de la noche."
THOMAS FULLER

“No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.”
Juan Luis Vives

"Con fe una muralla es una telaraña, sin fe una telaraña es una muralla"
KRISHNAMURTI

miércoles, noviembre 08, 2006

Cuarto compromiso de Exito

Soy el poseedor de un maravilloso poder.

Conozco el secreto de cómo influir en los pensamientos y en las acciones de los demás cuando se encuentran a mi lado.

Este conocimiento sólo, si se emplea sabiamente, ha permitido que un sinnúmero de individuos ambiciosos se remonten a las grandes alturas de la fama, la riqueza y el poder a todo lo largo de los tiempos.

Desafortunadamente, sólo unos cuantos están conscientes de que poseen un poder de esta naturaleza, mientras que la inmensa mayoría ha pagado un precio terrible, en angustias y desdicha, por su ignorancia. Ha perdido amigos, se les han cerrado puertas, se han desvanecido sus oportunidades y sus sueños se han visto destruidos.

Hasta ahora he sido uno de los miembros de esa inmensa mayoría, destruyendo constantemente mis oportunidades para alcanzar el éxito y la felicidad, porque neciamente abusé de un poder que ni siquiera sabía que poseía.

Gracias a este pergamino he abierto los ojos. El secreto es tan sencillo que incluso todos los niños lo comprenden y lo usan instintivamente en su propio beneficio. Podemos influir en los demás si los tratamos en la misma forma en que nos gustaría que nos trataran a nosotros.

Todos somos imágenes de los demás, con los mismos sentidos, los mismos sentimientos, las mismas esperanzas, los mismos temores, los mismos errores y la misma sangre. Si alguien tiene comezón, su vecino se rasca; si alguien sonríe, su amigo le responde de la misma manera.

Qué ignorante he sido. Sé que el éxito no puede lograrse por sí solo. Sé que no existe tal cosa como un hombre o una mujer que se haya formado por esfuerzo propio. Por consiguiente, me doy cuenta de que jamás podré alcanzar mis metas sin la ayuda de los demás y, sin embargo, puedo ver, cuando reflexiono en mi pasado, que mis acciones me han tenido prisionero detrás de las rejas del remordimiento.

¿Por qué querría alguien contribuir a mis éxitos?

Siempre que fruncía el entrecejo, me encontraba a mi vez frente a un entrecejo fruncido. Siempre que gritaba encolerizado, me respondían voces encolerizadas. Siempre que me quejaba, me dirigían miradas severas. Siempre que maldecía, el odio siempre me devolvía la mirada. Mis propias acciones me condenaban al mundo en donde nadie sonríe jamás, al mundo de los fracasados. Neciamente he culpado a los demás de mi difícil situación, pero ahora veo que la culpa era mía.

Al fin he abierto los ojos.

Prometo cumplir durante el resto de mi vida esta promesa especial del éxito: Nunca jamás volveré a ser descortés con ningún ser viviente.

Les sonreiré a amigos y enemigos por igual y haré todos los esfuerzos posibles por encontrar en cualquier persona, una cualidad que pueda alabar, ahora que al fin he comprendido que el anhelo más profundo de la naturaleza humana es el ansia de ser apreciada. En verdad, todos poseemos características dignas de alabanza, y todo lo que necesito es asegurarme de hacer esos cumplidos desde los más profundo de mi corazón y con un voz que sea sincera.

Alabar, sonreír y preocuparse por los demás es algo tan benéfico para el donador como para el que recibe esos favores. Este gran poder que afecta con tanta fuerza a los demás obrará milagros en mi propia vida, a medida que su gratitud regrese a mí en incontables formas. Una sonrisa sigue siendo el regalo menos costoso de todos los que puedo hacerle a cualquier persona y, su poder puede conquistar reinos. Y todos aquellos a quienes trate con amabilidad, dirigiéndoles palabras de alabanza, muy pronto empezarán a ver en mí las buenas cualidades que nunca antes percibieron.

Nunca más volveré a ser descortés con ningún ser viviente.

Mis días de lamentaciones y quejas han tocado a su fin. No hay nada más fácil que encontrar fallas en los demás. No se requiere ningún talento, ningún renunciamiento, ningún carácter para establecerse en el negocio de las quejas. Ahora ya no dispongo de tiempo para dedicarme a esa lamentable ocupación, que todo lo que podré lograr será manchar mi personalidad de manera que ya nadie quiera asociarse conmigo. Esa era mi antigua vida. Ya no volverá a serlo.

Estoy muy agradecido por esta segunda oportunidad.

He despreciado muchos años de oportunidades con mis enojos, mis malos humores y mis miradas de ira, cuando una sonrisa y una palabra amable habrían tendido la mano para ayudarme. Apenas ahora estoy aprendiendo el máximo arte de la vida ... mejorar el momento dorado de la oportunidad y aprovechar todo lo bueno que está a nuestro alcance.

Nunca más volveré a ser descortés con ningún ser viviente.

En última instancia, una sonrisa y un apretón de manos son un simple acto de amor. La vida ahora lo sé, no se compone de grandes sacrificios u obligaciones, sino de todas esas pequeñas cosas en las cuales las sonrisas, las bondades y los pequeños deberes, que se brindan en cualquier momento y dondequiera que sea posible hacerlo, son los que ganan y conservan cualquier corazón. Los mejores fragmentos de la propia vida son los pequeños actos de consideración y solicitud. Las palabras bondadosas producen su propia imagen en el alma de los hombres y vaya si es una imagen muy bella. Tranquilizan, calman, y consuelan a quien las escucha, haciéndolo desistir de sus sentimientos amargos, displicentes y poco amables. Todavía no he empezado a emplear las palabras amables con tanta abundancia como debería hacerlo, pero estoy seguro de que mejoraré si sigo practicando. ¿Quién sería tan tonto para no intentarlo, cuando en el otro lado de la balanza se encuentra la propia felicidad?

Nunca más volveré a ser descortés con ningún ser viviente.

Puedo darme cuenta de que en la interacción de la vida cotidiana, sólo através de los insignificantes actos de bondad que se repiten cada día e incluso cada hora, por medio de palabras, tonos de voz, gestos y miradas, es como se ganan y se conservan el afecto y la admiración. Qué fácil le resulta a un ser benévolo esparcir el placer a su alrededor y qué cierto es que un corazón benévolo es una fuente de alegría, haciendo que todos a su alrededor dejen ver radiantes sonrisas. Cada noche, cuando me retiro, ruego pidiendo que haya hecho por lo menos a un ser humano un poco más feliz o un poco más sabio, o por lo menos un poco más satisfecho consigo mismo.

¿Cómo puedo fallar, desde este momento en adelante, si mantengo la promesa que he hecho en este pergamino, de tal manera que el aire que respire en el futuro, pueda resplandecer de amor y de buenos deseos?

Nunca jamás volveré a ser descortés con ningún ser viviente.
Og Mandino

lunes, noviembre 06, 2006

Tercer compromiso para el éxito

Estoy despierto.
Me siento invadido por una gozosa anticipación.
Ahora experimento extraños murmullos en mi corazón al recibir cada nuevo día con alegría y confianza, en vez de hacerlo con autocompasión y temor.
Aquel que padece, recuerda. Jamás repetiré los fracasos y los vanos errores del pasado, ahora que cuento con estos pergaminos para servirme de guía.
Cada día, me aventuraré a salir al mundo acompañado por tres nuevos aliados muy poderosos: la confianza, el orgullo y el entusiasmo. Tengo confianza en que lograré enfrentarme a cualquier desafío, el orgullo me exige que me desempeñe al máximo de mis capacidades y lograré todo esto porque he redescubierto ese poder tan especial que faltaba en mi vida desde mi infancia, el poder del entusiasmo.
Cada acto memorable en la historia del mundo es un fruto del entusiasmo.
Jamás se ha logrado nada grandioso sin él, porque le brinda un nuevo significado a cualquier desafío o a cualquier ocupación, no importa lo atemorizantes o lo difíciles que sean.
Sin entusiasmo, estoy condenado a una vida de mediocridad, pero con él podré obrar milagros.
Hay un nuevo significado en mi existencia. El fracaso ya no es mi constante compañero. La nada, el aislamiento, la impotencia, la tristeza, las vejaciones y la desesperación del pasado se han desvanecido desde aquel día, no hace mucho tiempo, en que recordé como sonreír.
Ya otros han empezado a reflejar mis sonrisas y mi solicitud.
Comparto con alegría la luz del amor y la felicidad.
Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo. El entusiasmo es la mayor ventaja del mundo. Su valor potencial supera con mucho al del dinero, el poder y la influencia.
Sin ayuda de nadie, el entusiasta convence y domina en donde las riquezas acumuladas por el pequeño ejército de trabajadores apenas provocarían un estremecimiento de interés. El entusiasmo pasa por encima del prejuicio y la oposición, desdeña la inactividad, toma por asalto la ciudadela de su objetivo y lo mismo que una avalancha, aplasta y absorbe todos los obstáculos que encuentra en su camino.
He aprendido una gran lección ... ¡el entusiasmo es mi fe en acción! Si tengo fe no puedo fallar.
Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo.
Algunos de nosotros nos mostramos entusiastas en ocasiones y unos cuantos incluso conservan sus anhelos durante un día o una semana. Todo eso es muy bueno, pero yo debo desarrollar el hábito, y lo haré, de conservar mi entusiasmo indefinidamente, con toda honestidad y sinceridad, de manera que el éxito que disfruto el día de hoy, pueda repetirse el día de mañana y la próxima semana y el próximo mes. El entusiasmo, el amor por cualquier cosa que esté haciendo en un momento determinado, obra en formas maravillosas que ni siquiera necesito comprender, pero lo que sí sé es que les brindará una vitalidad adicional a mis músculos y a mi mente. Primero debemos desarrollar nuestros hábitos y después, buenos o malos, estos nos formarán a nosotros. El entusiasmo será el carruaje que me conducirá hacia una vida mejor. Ya he empezado a sonreír, anticipando todas las cosas buenas que vendrán.
Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo.
El entusiasmo puede desplazar castillos y cautivar a las bestias. Es el genio de la sinceridad, y la verdad muy rara vez resulta victoriosa sin él.
Lo mismo que muchos más, he permitido que mi vida se guíe de acuerdo con las falsas ideas de las verdaderas recompensas, en la creencia de que la comodidad y el lujo deben ser mis metas, cuando todo lo que en verdad necesita cualquiera de nosotros para sentirnos realmente felices es algo con qué entusiasmarnos. El entusiasmo beneficiará mi futuro más de lo que las lluvias de primavera nutren al trigo.
De ahora en adelante, todos mis días seran diferentes de los días del pasado. Jamás volveré a considerar que cualquier cosa que deba hacer para sostener mi existencia es trabajo, ya que entonces experimentaré la tensión de la necesidad en mi trabajo y las horas de cada día durarán lo que parece una eternidad. Permítanme, más bien, olvidarme de que debo trabajar para comer, abordando los afanes de cada día con toda mi energía, mi atención y con un espíritu animoso. Con estas cualidades, me desempeñaré mejor que nunca antes y si esta producción entusiasta se prolonga, día tras día, estoy seguro de que llegaré a ser más valioso para mí mismo y para el mundo.
No hay ninguna persona, ninguna ocupación o ningún problema que no puedan verse afectados por lo positivo de mi actitud.
Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo.
Bajo ese deslumbrante resplandor podré ver, por vez primera, todas las cosas buenas que permanecieron ocultas a mis ojos durante todos esos años de inutilidad. Así como el joven amante posee una percepción más refinada y en el objeto de su afecto puede ver cientos de virtudes y encantos invisibles a los ojos de los demás, así yo, impregnado de entusiasmo, habré incrementado mi poder de percepción y amplificado mi visión, hasta que logre ver la belleza y el encanto que los demás no pueden discernir y que pueden ser la compensación por las pesadas cargas de trabajo monótono, privaciones, penurias e incluso de la persecución. Con entusiasmo puedo sacarle el mejor partido a cualquier situación, e incluso si llegase a tropezar de vez en cuando, como les sucede hasta a los más talentosos, me levantaré y seguiré adelante con mi vida.
Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo.
Qué inmenso regocijo experimento, al saber que poseo este gran poder de modificar mis días y toda mi vida con mi actitud. Qué pena me dan todas esas legiones que no saben que pueden emplear esta poderosa fuerza, una fuerza que ya poseen en su interior, para guiar su futuro.
Le volveré la espalda al calendario y adoptaré el irresistible encanto de la juventud, con su entusiasmo que burbujea como un manantial de aguas que baja de la montaña. La juventud, no ve la oscuridad más adelante, no ve ninguna trampa de la cual no sea posible de escapar.
Se olvida de que en el mundo existía el fracaso y cree que la humanidad ha estado esperando, durante todos estos siglos, a que él o ella lleguen al mundo para convertirse en los libertadores de la verdad, la energía y la belleza.
El día de hoy alzaré mi antorcha en lo alto y les sonreiré a todos.
Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo.
Og Mandino

domingo, noviembre 05, 2006

Segundo compromiso del éxito

Ya soy una persona diferente y mejor.

Apenas han transcurrido unos cuantos días desde que inicié una nueva existencia con la ayuda de estos pergaminos, pero ahora experimento una extraña y poderosa emoción en lo más profundo de mi corazón, un sentimiento de una nueva esperanza que casi había desaparecido con el paso de los años.
Al fin he sido rescatado de mi lecho de desesperación y doy las gracias por ello.
Con las palabras de la primera promesa del éxito aún frescas en mis labios, ya he multiplicado mi propia valía ante mis ojos y tengo la seguridad de que este nuevo evalúo de mi persona, con el tiempo será adoptado por el mundo exterior.
Ahora conozco una gran verdad.
La única etiqueta de precio válida es la que nos asignamos nosotros mismos. Si nos ponemos un precio demasiado bajo, el mundo lo aceptará; pero si nos asignamos el mejor precio, el mundo también aceptará de buen grado ese avalúo.
Te doy gracias, Dios mío, por depositar en mis manos estos valiosos pergaminos.
Me encuentro en un momento crucial de mi vida y no debo alejarme, ni lo haré, de este desafío como me he alejado de otros en el pasado.
Ahora sé que en la peregrinación de todos, a lo largo de esta vida, siempre hay lugares sagrados en donde podemos sentirnos afines con lo divino; en donde los cielos parecen descender sobre nuestras cabezas y los ángeles llegan a auxiliarnos.
Son los lugares de sacrificio, las áreas en donde se unen lo mortal y lo inmortal, las tierras del juicio en donde se libran las grandes batallas de nuestra propia vida.
Mis derrotas del pasado ya están casi olvidadas, incluso el dolor y la abrumadora angustia. Y seré muy feliz en los años por venir, si logro mirar hacia atrás recordando este momento tan especial, a sabiendas de que aquí pude saborear al fin la victoria.
Pero antes que nada debo aprender la segunda promesa de éxito, y ponerla en práctica:
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta.
En el pasado, el hecho de tener metas, ya fuesen grandes o pequeñas, me parecía que no era otra cosa que una tonta práctica, puesto que tenía tan poca fe en mis capacidades. ¿Para qué tener metas pequeñas e insignificantes, me decía a mi mismo, simplemente para satisfacer mis humildes talentos? ¿Qué diferencia podía significar todo eso en el esquema de las cosas?
Y así, cada día salía sin rumbo por el mundo, sin timón y sin destino fijo, con la esperanza de sobrevivir hasta la hora de la puesta del sol, asegurándome falsamente a mí mismo, que sólo esperaba el momento adecuado, o que cambiara mi suerte, sin creer, no obstante, ni por un momento, que algo en mi futuro sería diferente de lo que había sido en mi pasado.

Es fácil ir a la deriva de un día a otro. No se requiere ninguna habilidad, ningún esfuerzo y ningún dolor. Por otra parte, nunca es fácil fijarse metas para un día o para una semana, y alcanzar esos objetivos.
Mañana comenzaré me decía día tras otro. En aquel entonces no sabía que el mañana sólo se encuentra en el calendario de los tontos. Ciego ante mis propias faltas, desperdiciaba mi vida deliberando todo hasta que ya fuese demasiado tarde, de no ser por estos pergaminos. Hay una inconmensurable distancia entre tarde y demasiado tarde.
Nunca jamás volveré a saludar el amanecer sin una meta.

He estado viviendo en el callejón de los tontos. Tener siempre la intenciónde llevar una mejor vida nueva, pero sin jamás encontrar el tiempo para dedicarse a ello, es como si pospusiera la comida, la bebida y el sueño de un día para el siguiente, hasta morir. Durante muchos años estuve convencido, lo mismo que tantos otros, de que las únicas metas que valían la pena eran las principescas metas con abundantes recompensas en oro, fama y poder.
¡Qué equivocado estaba!
Ahora sé que el hombre sabio nunca se fija metas de inmensas proporciones. Ahora todos los planes de gigantesca magnitud los califica de sueños, abrigándolos muy cerca de su corazón en donde los demás no puedan verlos y mofarse de ellos. Después saluda cada amanecer fijándose metas sólo para ese día, asegurándose de que todo lo que planeó haya quedado terminado antes de irse a dormir.
Muy pronto, los logros de cada día se van reuniendo, uno encima del otro, en la misma forma en que la hormiga amontona sus granos de arena y con el tiempo se ha erigido un castillo lo bastante grande para albergar cualquier sueño. En verdad, todo esto no sea difícil de lograr una vez que haya frenado mi impaciencia, enfrentándome a la vida un día a la vez.
Puedo hacerlo.
Lo haré.
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta.
Se ha ganado la mitad de la victoria del éxito una vez que se ha adquirido el hábito de fijarse metas y alcanzarlas. Incluso la labor más tediosa se hace soportable si yo marcho a lo largo de cada día convencido de que cada tarea, no importa lo humilde o tediosa que sea, me acerca varios pasos a la realización de mis sueños. Qué forma tan agradable de seguir adelante con mi vida, ya que si la mañana no me ofreciera ninguna nueva alegría, a medida que cumplo con las metas que me he fijado para ese día, o si la noche no me brindara nuevos placeres por cumplir con mis metas, ni siquiera valdría la pena vestirme y desvestirme.
La vida, ahora estoy convencido de ello, puede ser tan gozosa como un juego de niños cuando despertamos con la esperanza de que nos aguarda una senda marcada con toda claridad.
Ahora ya sé en qué punto me encuentro.
Y también sé hacia dónde quiero que me conduzcan mis metas.
Para ir de aquí hacia allá, no necesito conocer todos los giros y recodos de mi viaje en este preciso momento. Lo más importante es que he adoptado las enseñanzas del primer pergamino y del segundo, y que ahora ya no miraré hacia atrás en dirección a ese desconsolador pasado, cuando los días no tenían ni principio ni fin y yo me encontraba perdido en medio de un desierto de frivolidad, sin esperar nada en el futuro, como no fuesen la muerte y el fracaso.
¡Mañana me fijaré metas! ¡Al día siguiente! ¡Y también al siguiente!
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta!
Alguna vez malbaraté mi vida, cambiándola por un centavo y la vida no quiso pagarme más, pero ahora ya han terminado los días en que trabajaba por el salario de un esclavo.
Ahora sé que cualquier salario que le hubiese exigido a la vida, la vida me lo habría pagado de muy buen grado.
Los rayos del sol no brillan por encima de mi cabeza para que yo pueda reflexionar con tristeza en el ayer. El pasado ha quedado sepultado y yo estuve a punto de permitir que me sepultaran junto con él. Ya no derramaré más lágrimas. Que los rayos de sol puedan brillar sobre las promesas del mañana ... y sobre mi cabeza.
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta!
Og Mandino

Primer compromiso del éxito

Nací para alcanzar el éxito no para fracasar.
Nací para triunfar, no para inclinar mi cabeza en señal de derrota.
Nací para saborear las victorias y brindar por ellas, no para gemir y lamentarme.
¿Qué es lo que me ha sucedido? ¿En qué momento todos mis sueños se desvanecieron en una grisácea mediocridad, en la cual las personas promedio se aplauden unas a otras como si fuesen seres sobresalientes?
Ninguna persona ha sido jamás tan engañada por otra, como por sí misma.
El cobarde está convencido de que solo está actuando con cautela, y el avaro piensa que esta practicando la frugalidad.
No hay nada que resulte tan sencillo como engañarse uno mismo, puesto que siempre es fácil creer lo que queremos.
Nadie, en toda mi vida, me ha engañado tanto como yo me he engañado a mi mismo.
¿Por qué siempre trato de ocultar mis pequeños logros bajo un manto de palabras que toman a la ligera mi trabajo, o que ofrecen disculpas por mi falta de capacidad?
Y lo peor de todo es que he llegado a creer en mis propias excusas, a tal grado que gustosamente estoy dispuesto a vender mis días a cambio de unos centavos, mientras me consuelo pensando que las cosas podrían ser peores.
¡Pero ya no lo haré más!
Ha llegado el momento de estudiar el reflejo en mi espejo, hasta que sea capaz de reconocer que el enemigo más poderoso que tengo ... soy yo mismo.
Al fin, en este momento pleno de magia con mi primer pergamino, el velo que me hacía engañarme a mí mismo empieza a apartarse de mis ojos.
Ahora se que en el mundo hay tres clases de personas. Las primeras aprenden de su propia experiencia ... son las sabias. Las segundas aprenden de la experiencia de los demás ... son las felices. Las terceras no aprenden de su propia experiencia ni de la experiencia de los demás ... son las necias. Yo no soy necio. De aquí en adelante me sostendré sobre mis propios pies, arrojando para siempre a un lado mis terribles muletas de autocompasión y desprecio hacia mi mismo. Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.
Que tonto era cuando estaba de pie, desesperado, a un lado del camino, envidiando a la gente de éxito y a los opulentos que desfilaban frente a mí.
¿Acaso todas esas personas se han visto bendecidas con habilidades únicas, rara inteligencia, valor heroico, ambición constante y otras cualidades sobresalientes que yo no poseo? ¿Se les ha asignado un mayor número de horas cada día, durante las cuales puedan desempeñar sus extraordinarias tareas? ¿Poseen tal vez corazones llenos de compasión y almas desbordantes de amor, diferentes del mío?
¡No! Dios nunca juega a los favoritos. Todos fuimos modelados del mimo barro.
Ahora también se que la tristeza y los reveses que he sufrido en mi vida no los he sufrido únicamente yo. Incluso los más sabios y los triunfadores de nuestro mundo padecen etapas de abrumadora angustia y de fracaso, pero ellos, a diferencia mía, han aprendido que no hay paz sin problemas, descanso sin esfuerzo, risas sin pesadumbres, ni victorias sin luchas y que es el precio que todos debemos pagar por vivir.
Hubo una época en la cual yo pagué ese precio fácilmente y de buen grado, pero las constantes decepciones y derrotas primero desgastaron mi confianza y después mi valor, en la misma forma en que las gotas de agua, con el tiempo, destruyen el granito más resistente.
Ahora todo eso ha quedado tras de mí. Ya no soy uno de esos muertos en vida, permaneciendo siempre bajo la sombra de los demás y ocultándome detrás de mis lamentables excusas y disculpas, mientras los años se consumen.
Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme. Ahora sé que la paciencia y el tiempo pueden lograr todavía más que la fuerza y la pasión. Los años de frustración ya están listos para cosecharse. Todo lo que he podido lograr, y todo lo que espero lograr, lo he podido hacer y lo seguiré haciendo, mediante ese proceso asiduo, paciente y perseverante gracias al cual se construye un hormiguero, partícula por partícula, pensamiento por pensamiento, paso a paso.
El éxito, cuando llega, de la noche a la mañana, a menudo desaparece al rayar el alba. Ahora estoy preparado para vivir toda una vida de felicidad, porque al fin he reconocido un poderoso secreto que permaneció oculto durante esos años que me trataron con tanta dureza. En cierto sentido, el fracaso es el camino que conduce al éxito, en la misma forma en que todo descubrimiento que hacemos de lo que es falso nos lleva a buscar con afán lo que es verdadero, y en que cada nueva experiencia nos señala alguna forma de error que en lo sucesivo evitaremos con sumo cuidado.
El sendero que recorrí, a menudo humedecido con mis lágrimas, no ha sido una jornada desperdiciada.
Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.
Te doy gracias, Dios mío, por jugar tu juego conmigo el día de hoy y por depositar en mis manos estos valiosos pergaminos. Me encontraba en el momento del reflujo de mi vida, pero debí saber que en ese momento mismo es cuando siempre cambia la marea.
Ya no contemplaré con tristeza el pasado. Jamás volverá. En vez de ello, con ayuda de estos pergaminos, moldearé el presente porque me pertenece, y seguiré, sin temor, sin dudas, y sin desesperación.
Fui creado a imagen de Dios.
No hay nada que no pueda lograr si lo intento. Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.
Og Mandino