martes, abril 29, 2008

El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo: su cortadora eléctrica se había dañado y lo había hecho perder una hora de trabajo, y luego su antiguo camión se había negado a arrancar.
Mientras lo llevaba a su casa, se sentó a mi lado en silencio. Una vez que llegamos a su casa me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas: abrazó a sus dos pequeños hijos y besó a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta el auto. Cuando pasamos cerca del árbol, senti curiosidad y le pregunté acerca de lo que le había visto hacer un rato antes.
- "Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó.
- "Se que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos.
Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez."
- "Lo divertido es - dijo sonriendo - que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".
Autor desconocido

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